UCSR

by - septiembre 04, 2012



— ¡Mamá! —grité. — ¿Sabes dónde dejé la caja en la que empaqué mi ropa?

— ¡No, cielo! —contestó.

¡Rayos! Debía apresurarme, el vuelo a Forks salía en una hora, y yo todavía no estaba lista.

¿Dónde diablos dejé esa tonta caja? Recuerda Bella, recuerda —, me dije...

La última vez la había dejado en el cuarto de mi madre, porque me estaba ayudando a empacar. ¡Bingo! Salí disparada al cuarto de mi madre pero no me di cuenta que afuera de mi habitación había otra caja, y terminé en el suelo.

— ¡Auch! —me quejé. —Mamá, ¿qué hace una caja afuera de mi cuarto?

—Lo siento, cariño —se disculpó. —Toqué y no me abrías, así que la dejé afuera.

—Bien, ya no importa, ¿sabes quién me la manda? —pregunté.

—No cielo, no tiene remitente, solo tu nombre.

—Gracias, mamá.

Entré a mi habitación con la caja en mis manos, ¿era acaso una broma de mal gusto? No lo creo, bueno supongo que la abriría en Forks porque ahora no tenía tiempo de estar viendo qué era, o quién diablos la había mandado, lo que me recordó que solo tenía una hora. ¿Por qué me había topado con esta caja? ¡Oh, sí!… ¡Mi maleta! Recordé, y una vez más salí disparada hacia afuera de mi habitación.

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